MI CARTA A AKIRA TORIYAMA (1955-2024) – GRANDE ENTRE LOS GRANDES – MUCHAS GRACIAS POR TODO

Hola, mis amigos. Bienvenidos a otra entrada de mi blog.

Hoy… estoy obligado a hacer algo diferente. Sin ninguna duda, ésta es la entrada de mi blog más difícil que he hecho en mi vida, tan difícil como la que escribí cuando Luis Alfonso Mendoza que falleció hace cuatro años.

Ya sabes… la voz en español latino de Gohan.

La verdad es que no sé cómo comenzar, incluso podría escribir toda una tesis sobre Akira Toriyama y Dragon Ball, y no sería suficiente. Les pido perdón a todos por no saber expresar correctamente mis palabras en caso de equivocarme. Lo haré lo mejor que pueda.

Estaba yo el viernes, terminando mi turno laboral, cuando de repente, tras ver un video en YouTube de uno de los creadores hispanoparlantes que más sigo, leí en unos de sus comentarios una noticia devastadora…

“Falleció Akira Toriyama.”

Yo pensé… ¡NO! ¡NO! ¡NO! Lo primero que hice fue dirigirme a Wikipedia, y vi la trágica verdad… Akira Toriyama falleció el pasado 1 de marzo. Lo cierto es que me quedé paralizado, sorprendido y destrozado. No podía creerlo. Akira Toriyama había muerto. Se me hizo un hueco en el alma… Una de las personas que había influenciado en mi carrera como Blogger y como escritor. Toda una vida viendo Dragon Ball, Dragon Ball Z, Dragon Ball Super, y a pesar de la infamia… Dragon Ball GT.

Desde el momento en el que vi una pequeña foto, en una revista llamada CLUB NINTENDO, en donde vi a Goku y a Yamcha en un juego estilo RPG. Al principio no reconocí a ninguno de los dos, pero entonces, me topé con una serie llamada Dragon Ball, aunque en Colombia la tradujeron – El Dragón Mágico.

¿Cuándo pasó eso? Creo que fue en el 1994 o 1995.

El caso es que ese sería el comienzo de una gran cantidad de bellos recuerdos que pasé en mi infancia mientras veía Dragon Ball, desde la saga de Pilaf, hasta cuando Chichi se casaba con Goku. (Yo empecé por decirle Kuku. LOL) Era increíble, las peleas, los personajes, las constantes maniobras de Son Goku cuando se peleó contra los soldados del Red Ribbon, especialmente el general Blue, o Tao Pai Pai, o la asombrosa batalla contra Piccolo Daimaku… ya saben… el “padre” del Piccolo que conocemos. En ese momento, no pensé que Dragon Ball podría superarse.

Y no solamente fue Goku, sino todos los demás personajes, Bulma y su increíble genio, Yamcha y su timidez con la que tuvimos momentos muy graciosos, la ternura de Puaf, la personalidad pervertida, pero entrañable del Maestro Roshi, el poder y la terrible imponencia que mostraba Tao Pai Pai, la redención de Tenshinhan y Chaos. o el Torneo de Artes Marciales. Y otros momentos más… Yo pasaba horas viendo todos esos hermosos episodios casi sin parpadear, cosa que no pensé podría hacer.

Y entonces llegó Dragon Ball Z.

Hasta entonces, los únicos anime que realmente había visto eran Sailor Moon, Mazinger Z, Saint Seiya, Captain Tsubasa. También Magic Knight Rayearth y Card Captor Sakura, pero éstas vinieron después.

A lo que voy con todo esto es que todas las entregas de Dragon Ball, incluyendo Dragon Ball GT y Dragon Ball Super me han traído muchos momentos espectaculares, muchas luces en mi infancia y mi adolescencia, en especial en los momentos más difíciles – pensaba en el siguiente capítulo de Dragon Ball Z con mis amigos, y todos teníamos mucha diversión y muchas risas.

Aún escuchó en mi mente Mind Power… Ki, con las increíbles voces de Hironobu Kageyama y Yuka Satou resonando en mis oídos, especialmente cuando estoy por enfrentar mi día a día.

Todo ello fue desde 1999. Y cuando empecé a escribir, pensaba en el maestro Akira Toriyama y la efervescente energía con la que veíamos todos los capítulos. El maestro Toriyama me ayudó a despertar mi creatividad, fue uno de los nombres que me ayudó a meterme de ello en el anime, el manga y la cultura japonesa, y cuando supe de su trabajo en Dragon Quest, supe que su gran legado fue más allá del manga. Pero lo que realmente me puso muy feliz fue que, a pesar de entrar en la universidad y mudarme, siempre tenía a Dragon Ball conmigo. De ello me di cuenta de ello cuando en 2018 regresé a Colombia después de ocho años.

Una de las primeras cosas que hice al volver fue ver Dragon Ball Super. ¡Y vaya sorpresa que me llevé con la calidad de la serie! Tantas cosas que no pensé que vería, tanto personajes que pensé habían desaparecido, tantas nuevas aventuras de parte de Goku y Gohan.

Y ni hablar de Vegeta… Él siempre me ha impresionado, y decirlo con estas simples palabras es quedarme corto; desde su debut con Nappa, su batalla contra el soldado Zaboon, y su muerte y posterior resurrección, Vegeta, junto con Goku, Gohan, Piccolo, Trunks, Videl, y los demás, es el rostro, tanto de Dragon Ball como de Akira Toriyama. Sin duda, un gran ejemplo de lo que un anti-héroe debe ser a la hora de ser creado.

Incluso me pregunto si grandes personajes, como el príncipe Zuko de Avatar, o Shoto Todoroki, de My Hero Academia, fueron inspirados en Vegeta… Quién sabe.

Como ya dije, podría pasar horas hablando de las increíbles cosas que viví en compañía de este simple nombre… Akira Toriyama. No creo que mi vida haya sido lo que es de no ser por él; él abrió las puertas a un montón de posibilidades creativas, de un género que es tan poderoso como la literatura fantástica occidental, a un arte que realmente disfruté y sigo disfrutando, y que quizás disfrutaré más allá de la tumba.

Todo gracias a un nombre… Akira Toriyama. Como él, siempre habrá pocos.

Pero ahora, una de las cosas que más pone muy feliz es que ahora su nombre está en la historia, junto con otros grandes, como Ozamu Tezuka, Shigeru Miyamoto, Hayao Miyazaki, Isao Takahata, y Akira Kurosawa ¿Por qué?

Mi único arrepentimiento es que no me completado Dragon Ball Super. Le falté el respeto al maestro al no hacerlo, y ahora que ha muerto, le tengo que estar agradecido por el impacto que ha tenido, no sólo en mí, sino en generaciones habidas y por haber.

Unámonos juntos, para que la memoria del maestro viva por siempre.

Y quiero terminar con un par de frases más. Gracias a Dragon Ball y Akira Toriyama, siempre sabré cómo orientar mi trabajo gracias a estos maravillosos personajes, gracias a la evolución de estos, y a los acontecimientos batalla tras batalla.

Espero poder aprovechar todas esas bellas lecciones, así como la belleza de Dragon Ball en los siguientes años; hasta entonces…

Gracias, Maestro Toriyama. Viviste como un genio, moriste como una leyenda.

Pase lo que pase… Gracias.